¡Atención: Firmes!

 

Hospital Clínico de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid .- Por el pasillo de las consultas vienen con paso marcial, pero cojeando sin apoyar la mano derecha, un pastor alemán, flanqueado por los lados por dos enormes (más de un metro noventa) soldados cubiertos por la clásica boina ladeada.

Son del cuerpo de paracaidistas del Ejercito del Aire. Un sargento y un soldado.

Al llegar a mi altura, una orden de mando hace que el perro se pare y se siente.

¡Presenta tu lesión al Doctor!: Sin pensárselo dos veces el animal levanta la extremidad torácica derecha.

El pastor alemán es la mascota de ese grupo de paracaidistas y se lanza con ellos con su propio paracaídas.

En el último salto, al llegar a tierra debió caer mal y se levantó cojeando.

Una vez en el cuarto de exploración le suben a la mesa y sin decirle nada se sienta y me muestra la mano derecha levantándola.

Comienzo la exploración con una palpación suave y aprecio una tumefacción en la parte distal del antebrazo a tres o cuatro centímetros de la articulación radio carpiana, con una ligera desviación del eje en anteversión.

Intento movilizar la zona para descartar movilidad anormal. No se aprecia crepitación. No se si hay dolor, pues el animal no hace el más mínimo gesto.

Sospecho una fractura de Colles y prescribo un estudio radiográfico.

Le bajan de la mesa y acompañado por su guardia, con paso marcial se dirige a la sala de rayos.

En efecto hay una fractura en el tercio distal de cubito y radio, impactada y con una desviación mínima.

No requiere intervención. Se practica una inmovilización con vendaje de Scotch Cast (Vendas de resinas acrílicas muy resistentes, de muy poco peso, transpirables y que se pueden mojar)

Todas las revisiones transcurren con el mismo ceremonial: Llegan, se paran, se sienta y levanta la mano.

El último control muestra un callo óseo con buen aspecto y se decide retirar el vendaje.

Ni siquiera la utilización de la sierra circular despierta un mal gesto.

Retirado el vendaje rígido se sienta a esperar el veredicto.

Cuando le digo que le damos el alta y que se puede ir a casa no resiste la tentación y saltándose el protocolo se levanta sobre sus cuartos traseros apoya las manos en mi pecho y me da un lametón en la barbilla.

Eso si que es agradecimiento